También dice que, teniendo esto en cuenta, si volviéramos atrás en el tiempo varios miles de años y reiniciáramos la historia podría ser que los europeos no acabaran dominando a los africanos y que hubiera sido al revés, que hubiéramos visto imperios africanos colonizando Europa, porque cada vez que reiniciemos la historia es como tirar los dados, con múltiples resultados posibles. Y, para mí, ahí yerra Harari. Porque Harari no tiene en cuenta la #geografía.
La geografía sí que es un factor determinante, o, al menos, muy poderoso que condiciona muchísimo el resultado, ejerciendo una influencia y unos límites a menudo insalvables. Porque, al igual que la zona habitable en un sistema solar, las grandes civilizaciones nacen, se desarrollan y prosperan en las zonas templadas del planeta, y la mayoría de las zonas templadas se encuentran en el hemisferio norte, y eso siempre es así, no importa las veces que pruebes.
Esto es fácil de ver mirando un globo terráqueo, lo que es la esfera: si se mira desde arriba, desde el polo, se verá que la inmensa mayoría es masa terrestre rodeando un pequeño océano circular, mientras que mirando desde el Polo Sur el 90% de la zona templada habitable es océano, salvo unas lenguas de tierra (África Subsahariana, la isla australiana y el Cono Sur americano). Esto ha propiciado que las civilizaciones del hemisferio norte estuvieran comunicadas entre sí, propiciando enfrentamientos pero también el comercio, el intercambio cultural y tecnológico y el progreso.
El hecho de que el hemisferio sur no haya alumbrado grandes civilizaciones no es porque sean menos capaces, sino porque, ya sea por el océano, el desierto del Sáhara o la selva amazónica, barreras infranqueables, han sido masas terrestres no muy grandes que han estado siempre aislados del resto del planeta; y además, también inconexas entre sí.
Asi que por mucho que pruebes seguiríamos sin ver civilizaciones de África conquistando y colonizando Europa y dominando el mundo.